[Enlatados] Wasil: Porotos Negros – ¿Buena fuente de proteínas?

Reseñado por: Tomsillo
 

En resumen

Mentiría si dijera que estos porotos negros no me han salvado la vida. En los momentos donde me veo atrapado por las obligaciones de mierda que trae la vida adulta, los Porotos Negros me han ayudado a armar, casi por arte de magia, comidas diseñadas para calmar cualquier hambre.
 
Tal vez no sean el almuerzo más glamoroso, elaborado, o apetecible, pero, es indudable que estos porotos han ayudado muchísimo en mi supervivencia, y en la construcción de una dieta balanceada en Chile. Eso sí, es necesario acompañarlos, pues comerlos por si solos es señal de psicopatía, anti-sociabilidad, y, por sobre todo, una bandera más roja que la de China.
 

En detalle

Lo diré sin tapujos y rodeos. Hace 2 años mi mamá vio a una profesora joven (no más de 30 años) comerse un envase de porotos negros Wasil en la sala de profesores. Abrió el tetrapack, y se devoró el paquete completo, sin lavarlos, sin vaciarlos en un plato, y sin siquiera usarlos en alguna especie de ensalada. Se los bajó, cual animal, estando acompañados únicamente de un tenedor (que por suerte no se comió), y a una botella de agua, de dudosa procedencia, pues estoy un 99% seguro de que la llenó en uno de los baños del colegio.
 
Que Wasil nos haya dado la facilidad de poder disfrutar sus productos en cualquier espacio, no nos da el derecho de comerlos, de la peor manera posible, en espacios compartidos. Y digo, no soy ajeno a comer en espacios poco prácticos, pues, me he comido una buena cantidad de completos en la calle, y Dios sabe que soy igual a Saturno comiéndose a su hijo cuando enfrento un Subway del día. Pero, hay que te que tener algo de pudor.
 
Para concluir la salida esquizo, no puedo sino sentirme impresionado (y ligeramente aterrado) ante el recuerdo. Dejando los traumas de lado, hay harto que decir sobre este envase de porotos preparado, así que, ojo al tejo, pues creo que esta historia nos revela bastante sobre la naturaleza del producto.
 
Marketeado como una solución barata para el agobio que es el tener que cocinar diariamente para una o más personas, Wasil sabía muy bien a lo que iba al diseñar un producto de tal fácil acceso y preparación. Y con justa razón, puesto a que, bajo el denso tetrapack, se encuentra un producto cuya principal virtud es su practicidad. Es cosa de tan solo abrir el empaque, lavarlos (acción que la psicópata con título de profesora no hizo), y servir una generosa porción de porotos negros, listos para disfrutarse de la manera que estimemos más conveniente.
 
Y es eso lo que justamente aplaudo de su diseño, pues, es tan infalible que hasta un gorila descerebrado podría servir, con relativa facilidad, un plato de porotos negros, listos para acompañar cualquier otra preparación. Y es por esto mismo que, no puedo sino recomendar y felicitar a Wasil por la genialidad en el diseño. Y en cuanto a precio: tabien 👍.
 
Ahora, en cuanto a sabor, ciertamente son porotos negros. Si los comparo a los que vienen crudos, o los de otras marcas, la diferencia no es mucha. Son algo salados, que atribuyo a la “salmuera” que los conserva, pero, si se lavan (tal y como dice el puto envase), el sabor que queda es muy neutro y maleable, listo para ajustarse a cualquier preparación.
 
En lo personal, los recomiendo encarecidamente servirlos como ensalada, pues al ser acompañados con un poco de cilantro, limón y cebolla, son un acompañamiento brutal. También, son muy prácticos para hacer chile con carne, un gran e icónico plato que es no tan solo llenador, sino que muy conveniente en cuanto a precio (y fácil de refrigerar, y de llevar, para almorzar, como una persona normal y no como un infrahumano).
 
Por esto mismo, no puedo sino recomendarlos (salvo algunos casos).
Es un producto bueno, bonito y barato, listo para salvar tu día, y rescatar cualquier almuerzo. Es un verdadero Must-Eat.
 
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